CUIDADOS PARA TU PERFORACIÓN (PIERCING)


Uno de los comentarios más recurrentes por parte de mis clientes cuando vienen a perforarse por primera vez conmigo es:

- Es que yo ya me había hecho este (u otro) piercing antes pero me tocó dejarlo cerrar porque eso nunca me cicatrizó -

Y es que el porcentaje de fracaso o rechazo de la joya en un piercing que no recibe el trato adecuado es superior al 50%. Y si fue realizado con pistola o catéter, esta cifra aumenta aún más debido a la técnica empleada, a la calidad del filo que hace la perforación, al tipo de joya que se utiliza con estos métodos y a sus materiales que no son biocompatibles.

Para evitar ser parte de esta estadística y poder triunfar en tu propósito de lucir una hermosa joya en una perforación sana y totalmente cicatrizada, necesito que por favor te comprometas a llevar a cabo unos cuidados muy sencillos pero extremadamente necesarios y que sin duda alguna te librarán de atravesar por una experiencia desfavorable así:


¿QUÉ HACER CON TU NUEVO PIERCING DURANTE LOS PRÓXIMOS 3 MESES?


  • Limpia tu perforación 2 veces al día durante el primer mes y una vez al día durante el segundo y tercer mes:

El aseo siempre será un aliado de la curación de cualquier tipo de herida, evitando que el tejido cicatricial pueda desarrollar una infección por la secreción de los mismos fluidos del cuerpo (sangre, linfa, colágeno, pus) Aplica 3 gotas de solución salina en la entrada y 3 gotas en la salida de tu perforación y limpia con un copito intentando no mover tu piercing. Hazlo en la mañana y en la noche; y después del primer mes, sólo una vez al día al salir de la ducha o antes de ir a la cama.


  • Nunca debes tocar, mover, golpear ni halar tu piercing:

La tensión, la presión y los impactos en la zona de tu perforación pueden causar traumas o complicaciones serias que conllevan a cicatrices hipertróficas, granulomas, inflamación y en algunos casos extremos (si se combina con factores externos específicos), al desarrollo de queloides. Trata tu nuevo piercing con mucha delicadeza y no juegues con él durante al menos 8 días, ya que al interior de la herida, la barra se mantendrá limpia, pero cada vez que la desplazas, lo que haces es llevar todo el polvo y la contaminación que se va acumulando en la parte de la barra que queda expuesta hacia el interior.


  • Evita dormir sobre tu piercing:

La correcta angulación de la perforación es muy delicada y se puede desviar o incluso deformar si se ejerce presión constante sobre la zona. Una sola noche durmiendo en una mala posición es suficiente para causar daños irreversibles en tu perforación. Evita el contacto de tu piercing con tu cama y utiliza una almohada de viaje con cavidad en el centro o en su defecto tu brazo en forma de escuadra para crear elevación o una barrera que impida el apoyo de tu piercing contra la superficie en la que duermes.


  • Hazte consciente de que tienes un piercing:

Cuando el dolor se va después de unos días, es muy frecuente que te olvides de que tienes una herida reciente, es ahí donde vienen los descuidos y te sueles lastimar al colocarte una prenda de vestir, al peinarte o pasar las manos por tu cabello, incluso al usar gafas, gorras, diademas, audífonos, balacas, cascos, bufandas, etc. Hacerlo con precaución puede evitarte un trauma en la herida, lo que conllevaría a un retroceso en tu proceso de curación y en la mayoría de los casos a la aparición de un granuloma por irritación.


  • Evita el consumo de alimentos irritantes o picantes, alcohol y cigarrillo:

La alimentación juega un papel muy importante en el correcto funcionamiento del sistema inmunológico, la regeneración de los tejidos y la restitución de las células muertas; y el consumo de alimentos pesados y grasosos o ciertos componentes como alcohol y nicotina, ralentizan el organismo, dificultando así la digestión y por ende, la cicatrización.


  • Prohibido el uso de zonas húmedas (piscina, sauna, turco, jacuzzi, bañera, río, charco, mar):

En los cuerpos de agua comúnmente proliferan los microorganismos, las bacterias y los agentes contaminantes, y estos están siempre prestos a encontrar un huésped en el cual multiplicarse. La piel cuando está sana, genera una barrera que impide que penetren en el organismo, pero una herida abierta es una invitación que las bacterias nunca van a desaprovechar.


  • Nunca reemplaces tu piercing por una joya que no sea de material biocompatible antes de los 3 meses:

Aunque las joyas de iniciación no son las más bonitas o llamativas, estas tienen la longitud indicada para permitir la inflamación inicial sin que se encarnen los topes y son las que mejor cumplen la función de ayudarle a tu perforación sanar de forma adecuada y en el menor tiempo posible. Una vez cumplido este plazo, ahí si puedes darle rienda suelta a tu creatividad utilizando joyería de oro, plata, bronce, madera, fantasía o lo que se te ocurra y que encuentres en el mercado. Eso sí, debes saber que la calidad de estos materiales pueden hacer que desarrolles una alergia incluso después de cicatrizada tu perforación.


  • Si sientes síntomas de infección... Nunca retires la joya de tu perforación:

Una reacción muy común es que a la primera señal de alerta como puede ser fiebre en la zona, al notar enrojecimiento, hinchazón o comenzar a secretar fluidos espesos (rojos, verdosos, amarillosos o blanquecinos), lo primero que se nos ocurre es retirar la joya y comenzar a realizar lavados de forma impulsiva; pero esto, contrario a lo que nos dicta el sentido común, contribuye a la proliferación de las bacterias al incrementar la humedad en la zona; con el agravante de que al retirar la joya, la perforación se puede cerrar en poco tiempo y desencadenar un absceso puesto que al obstruirse la entrada y la salida de la perforación, este pus quedará encapsulado en el túnel de la herida; mientras que si dejas la joya puesta, ambos orificios estarán abiertos y le resultará más fácil al organismo drenar toda esta materia.


  • ¿Y si me sale una bolita?:

Con el tiempo te vas a dar cuenta que esas "bolitas" mejor llamadas "granulomas" son reacciones adversas muy comunes y acompañarán tus perforaciones cada vez que sufras un trauma en ellas (presión, tensión o golpe), ya que esto les causará irritación. Los granulomas no tienden a complicarse si le prestas la atención que requieren de forma adecuada e inmediata; y no te preocupes que con mucho amor y cuidados, es muy difícil que se puedan transformar en un queloide. Así que respira profundamente 3 veces, tranquilízate y lee por favor este artículo que te enseña cómo sanar correctamente un granuloma.


CON ESFUERZO Y DISCIPLINA... ¡VAS RUMBO A LOGRARLO!

Si todo sale bien… pasados estos 3 meses que denominaremos como el "tiempo de sanación o curación", serás menos propenso a tener complicaciones con tu perforación, pero esto no quiere decir que estés libre de riesgo, pues algo muy diferente es la "cicatrización", y esta, dependiendo de la efectividad de tu organismo, tu estado de salud, tus hábitos alimenticios, tu estilo de vida, el lugar de la perforación, el tipo de tejido e incluso la joya utilizada, puede tomar de 12 a 18 meses (incluso más). Tiempo durante el cual puede estar muy bien unas semanas, retroceder y generar molestias otras semanas, recuperarse de nuevo y mejorar, y luego volver a molestar, etc.

Y en medio de esta montaña rusa de expectativas, todo dependerá del cariño, del cuidado y de la paciencia con que la trates. Pero llegará el día en que puedas disfrutar de ella de la manera en que siempre soñaste y ¡durante el resto de tu vida si así lo deseas!

Ten muy presente que aunque tu perforación no es permanente, la cicatriz que dejará la joya al ser retirada si lo es. Es por eso que te pido el favor de que la cuides mucho durante el tiempo que quieras lucir tu piercing; recuerda que el maltrato o el abandono pueden dar origen a un queloide y su remoción es un proceso largo, doloroso y muy costoso; y además... llegado el caso... deberás realizarlo por tu cuenta y riesgo. Bien vale la pena dedicarle 90 días a sus correctos cuidados.

Yo se que 3 meses es mucho tiempo para ciertas cosas; pero ten en cuenta que es probable que al llegar ese momento de por fin reemplazar tu joya, es probable que tu perforación no esté lista aún para soportar este cambio. 

Y si esto sucede... ¿Cómo lo puedes saber? 

No te preocupes. He escrito para ti este artículo que te ayudará a evaluar el estado de tu perforación con una simple inspección visual. (Leer: Cómo saber si tu piercing está sano).


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